Hace unos días, nuestros amigos de El Molí de Rafelet, que son también nuestros proveedores de arroz, nos invitaban a visitar sus instalaciones y conocer en directo todo el proceso de elaboración de este cereal, desde su cultivo hasta el envasado en esos irresistibles saquitos de tela cosidos a mano.
Todos los arroces del Xiringuito se realizan con la variedad Marisma y elegimos a esta empresa, que nos proporciona una materias prima de calidad constante y excelente. Por eso, viajar a Deltebre para visitarlos fue un verdadero placer.
Las plantaciones
Rafael y Teresa poseen cultivos propios y también adquieren el grano a cultivadores seleccionados de la localidad. El proceso agrícola se inicia en el mes de marzo, cuando se nivelan y abonan las tierras y se inundan.
Después, se procede a la siega, ya sea plantando retoños directamente o sembrando arroz dispersando las semillas al modo tradicional. Cuando llegamos nosotros la mayoría de los cultivos ya estaban mostrando sus espigas que serán cosechadas a mediados de septiembre.
Pero, ¡ojo! Una vez cosechado, hay que secarlo. El Molí de Rafelet emplea el método más natural: extendiéndolo al sol y dejando que pierda la humedad.
En la desembocadura del Ebro
La localidad de Deltebre pertenece a la comarca del Baix Ebre, en el sur de Catalunya, que junto con el vecino Montsià es la capital arrocera de nuestra comunidad. Al llegar al mar, el Ebro forma marismas, esto es, áreas semiinundadas, ideales para el cultivo de este cereal.
Allí, en un calurosísimo viernes de verano, y tras un viaje de dos horas, nos dirigimos a la fábrica, que también es un popular museo. Allí nos recibieron Rafael y Teresa, propietarios de la empresa y continuadores de una tradición ya centenaria, que nació en 1910 y adquirió su personalidad actual en 1935, cuando se decidió la construcción de un molino de arroz de madera, molino que hoy sigue prestando servicio.
En el molino
Las instalaciones son muy interesantes. El molino, de madera, data del año 1940. En la elaboración no se usa ninguna clase de tratamiento artificial: desde el secado hasta el envasado, todos los procesos de pelado refinado y criba son absolutamente tradicionales y artesanos.
Para empezar, se limpia y extrae la cascarilla. Esta se vende a empresas agrícolas y ganaderas donde se le darán diversos usos, entre otros, piensos compuestos y biocombustible.
Ahora tenemos un arroz descascarillado y sin refinar, que sometemos a una labor de “lija” mediante los llamados conos de esmeril. De ahí sale el arroz refinado y se criba para separar los granos partidos. Estos se usarán para la fabricación de harina de arroz y también para otros productos: alimentación animal, cervezas, bebidas destiladas…
¿Qué arroz usamos en el Xiringuito?
El Molí del Rafelet produce diversas variedades excelentes, pero nosotros preferimos el arroz Marisma, por su comportamiento y también porque aporta su propio sabor al plato. Requiere dos vasos y medios de caldo por cada vaso de agua y alcanza el punto en unos diez a doce minutos.
Pero esta es nuestra elección. El Molí produce más variedades:
- El arroz bomba, muy resistente al emplastado.
- El arroz ecológico, especialmente indicado para platos sencillos, postres, arroces hervidos…
- El arroz Carnaroli, de origen italiano y que garantiza unos risottos exquisitos.
Todas estas variedades están a disposición del público en el museo-tienda o en la tienda online.
Y una inolvidable paella a modo de despedida.
A la hora de comer, nuestros anfitriones nos dieron otra sorpresa: nada menos que una extraordinaria paella de pescado, elaborada con arroz Marisma del Molí que degustamos en las propias instalaciones. Delicioso y un punto final perfecto a una visita tan interesante como agradable y divertida.
Queremos dar las gracias a Teresa. Rafael y Eloïsa por su hospitalidad, paciencia y amabilidad. Y, sobre todo, por confirmarnos lo que ya sabíamos: que fue un acierto total elegir El Molí del Rafelet como nuestro proveedor de arroces. Y a nuestros lectores les recomendamos vivamente que visiten la zona. Les encantará el Parque Natural del Delta de l’Ebre y, por supuesto, en el Museo del Molí les recibirán encantados.